Jorge Arzuaga, un joven bilbaíno de 25 años e ingeniero de caminos, canales y puertos, hace 33 días tomó la iniciativa de realizar una huelga de hambre en la céntrica Plaza del Sol como forma de protesta por las medidas del Gobierno ante la crisis económica de nuestro país. A pesar de los 33 días de ayuno, el cansancio y los siete kilos que ha perdido, Jorge no ha perdido la sonrisa. Sus motivos son claros “defiendo un cambio de sistema. Un lugar donde el pueblo decida sobre los aspectos que le afecta, donde haya una democracia real”. Defiende “romper las estructuras, quitar la competitividad y poner la cooperación para vivir con justicia y bien” Alejandro, Gisela, Juanma y Alex han decidido secundar a Jorge en su protesta y unirse a la huelga de hambre como señal de rechazo por las políticas discriminatorias del Gobierno. Todos cansados de tanta injusticia, de tanta mentira y de tanta hipocresía. «Nos exigen sacrificios pero a ellos no les toca ni de lejos, muy al contrario viven inmersos en incontables privilegios que no están dispuestos a renunciar». Las consecuencias de la crisis la «pagamos nosotros, mientras quien la han provocado siguen libres y enriqueciéndose a costa de nuestro sacrificio». Ante la escasa o nula cobertura mediática de esta iniciativa, ya son muchos los que a través de las redes sociales lo han denominado la Resistencia Silenciada. A través de Twitter podemos ver diferentes «hashtag» de apoyo a estos cinco jóvenes: #MotivosDeJorge o #MotivosDeTodxs; además de las diversas muestras de solidaridad y apoyo de muchos de los viandantes de la ciudad de Madrid. Jorge y el resto de compañeros en huelga buscan principalmente el despertar de las personas, pide que “unamos nuestras fuerzas en manifestaciones únicas grandes. Entre todos podemos cambiar esta situación”. En definitiva, quieren que volvamos a ser activos en la lucha y nuestra implicación para conseguir un cambio real no solo en el sistema español sino a nivel global.