Sus principales preocupaciones: la mercantilización y elitización de la universidad.
Sus reivindicaciones: una enseñanza pública accesible y de calidad.
Sus denuncias: la falta de transparencia del proceso y la carencia de un presupuesto con que llevar a cabo la reforma.
Estos futuros científicos, alejados tanto del estereotipo de «cabeza-cuadrada» como de «jóvenes-descerebrados», nos muestran que otra universidad es no sólo posible, sino también necesaria.