Para ellos, el proyecto del magnate Sheldon Adelson no supondría una mejora en el modelo económico actual ni una solución al elevado índice de paro, sino una forma de recaer en errores del pasado, como la economía especulativa del ladrillo o la destrucción del equilibrio territorial de los municipios, que están en la base de la recesión económica actual.

Además, piensan que la transformación puede venir solo de un cambio radical en el modelo productivo que se ha venido empleando. Y que puede traer otras consecuencias negativas como altos costes laborales, sociales y medioambientales, la atracción de mafias internacionales dedicadas al tráfico de drogas y la explotación sexual de mujeres o un estilo de vida asociado al juego. Por ello, piden a las administraciones autonómicas de Madrid y Barcelona que abandonen las negociaciones para la instalación de Eurovegas y se centren en promover empleo de calidad sin degradar la cohesión social, el equilibrio territorial y la sostenibilidad medioambiental.

Estas declaraciones se contraponen con otras de ayer que provienen de Cataluña. Más concretamente, de la oficina antifraude, desde la que Daniel de Alfonso asegura: “A Eurovegas vendrá gente pudiente que no querrá prostitución callejera”, es “la mejor inversión que pueda haber ahora mismo en el país” y “habrá mucha seguridad en los dos o tres kilómetros que tenga la avenida del recinto”. Mientras tanto, el conseller de Empresa y Ocupación, Francesc Xabier Mena declara que Eurovegas es “tan perfectamente compatible con la oferta turística de Cataluña” como lo es Port Aventura.

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