El viernes 8 de febrero 2013, se concretó la ubicación definitiva de esta red de casinos y hoteles: Alcorcón.
Desde las instituciones gubernamentales, apuestan por un proyecto que según Borja Sarasolas, Consejero de medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, aumentará el número de puestos de trabajo y generará una gran repercusión positiva en la economía, en la sociedad y en el entorno madrileño.
Sin embargo, ciertos colectivos sociales se movilizan, incluso desde antes de que se supiera la localización exacta, para evitar la ejecución y el desarrollo del proyecto. El 26 de enero se llevó a cabo una manifestación desde Atocha a Sol, el 8 de febrero se hizo una cacerolada en la capital. Éstas han sido las últimas acciones de los colectivos que llevan tiempo luchando para impedir el levantamiento del recinto.
Según estas plataformas, “Eurovegas representa todas las aberraciones del sistema desigualitario e injusto en el que vivimos”. Entre las causas que defienden, la falta de competencia de un gobierno que destina los fondos económicos a la construcción de vías de comunicación y transportes para facilitar el acceso a las zonas de juego, en vez de invertir en educación, sanidad y servicios sociales.
Asimismo, no tiene consideración ninguna al desahuciar diariamente a familias, y ceder, al mismo tiempo 1.000 hectáreas a una multinacional estadounidense.
La ciudadanía quiere evitar el impacto medioambiental que ocasionaría, el fraude, así como la brecha que se abriría entre los entornos domésticos y la industria. Un negocio que no dará lugar a una igualdad y desarrollo social, sino a todo lo contrario.
Estos y otros motivos son los que les hacen salir a la calle y manifestarse.
Charlamos con Sol Sánchez, portavoz de la Plataforma Eurovegas NO para conocer los motivos por los que este colectivo se opone a la construcción de Eurovegas